jueves, 29 de marzo de 2007

Testigos especiales

- Los Misioneros al morir decían: ¡Perdónalos, Señor, que no saben lo que hacen!, y morían gritando ¡Viva Cristo Rey!, muy resignados a todo y rezando hasta el fin. Morían firmes en su idea, y aun después de caer fusilados, entre los últimos estertores, decían oraciones y continuaban con el crucifijo en la mano hasta que a la fuerza se lo quitaban.

- Esta noche no he podido pegar el ojo. No podía quitarme de la cabeza el recuerdo de los Misioneros fusilados. ¡Cuidado qué gente! Cuanto más les disparábamos, más gritaban ¡Viva Cristo Rey!

Testigos diversos

- Yo los oí cantar. Los oí las dos noches (13 y 15 agosto 1936). Los Misioneros fueron los únicos que cantaban al ir a ser fusilados. Cantaban muy fuerte. Los veíamos y los oíamos desde una rendija de nuestro balcón.

- Estoy impresionado por la serenidad con que los Misioneros iban a la muerte. Tanto me han conmovido que no he tenido valor para presenciar la escena y me he vuelto.

- Los mártires imitaban al Divino Maestro y decían: "Adiós, hermanos, Pediremos a Dios por vosotros. Adiós. En la eternidad nos veremos".

Eduardo Ripoll

¡Viva Cristo Rey! ¡Viva el Corazón de María!¡Viva la Iglesia Católica! ¡Señor! Perdono de todo mi corazón a todos mis enemigos, y os pido que mi sangre, que sólo por vuestro amor he derramado, lave tantos pecados como se han cometido en esta Barbastro mártir. ¡Viva Cristo Rey y el Corazón de María!
Eduardo Ripoll C.M.F.

José Figuero

Mis queridos padres y hermanos: desde la prisión les dirijo las presentes líneas que serán también las últimas de mi vida. Pronto voy a ser mártir de Jesucristo. No lloréis por mí, pues que morir por Jesucristo es vivir eternamente. Mañana, día de mi cumpleaños, espero ir derecho al Cielo. Adiós, mis queridos padres, hermano y recordadísima familia. Adiós, hasta el Cielo. Allí rogaré por ustedes. Nunca como ahora les ama su hijo, que muere tranquilo y sereno por Jesucristo. José, C.M.F.

Faustino Pérez

Los mártires morimos amándoos y perdonándoos. Muchos hemos ofrecido a Dios nuestras vidas por vuestra salvación. Ved si es sincero nuestro interés por vosotros.