miércoles, 21 de marzo de 2007

Esteban Casadevall

Relación al Sr. Hall que salvó la vida por ser extrangero, argentino.

Muero contento. Me tengo por muy feliz, como los Apóstoles, porque el Señor ha permitido que pueda sufrir algo por su amor antes de morir. Espero confiadamente que Jesús y el Corazón de María me llevarán pronto al Cielo.
Perdono de todo corazón a los que nos injurian, persiguen y quieren matarnos, y puedo decir con Jesucristo moribundo en la cruz al Eterno Padre: Padre, perdónalos, porque realmente no saben lo que hacen, los ciegan sus dirigentes y el odio que nos tienen. Ya hemos rogado por su conversión todos los días, al menos nosotros dos. Yo les tengo verdadera compasión y desde el cielo espero conseguir que Dios nuestro Señor les abra los ojos para que vean la verdad de las cosas y se conviertan. Francamente no tengo ninguna dificultad en perdonarlos. Si supiesen que me están haciendo el mayor bien a pesar del odio que me tienen...
En fin, si usted logra ir a Roma, cuéntele al Reverendísimo Padre General todo lo que sabe de nosotros, déle el abrazo que le doy a usted por no poder dárselo personalmente a él. Dígale que voy a morir contento en la Congregación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María; que espero confiadamente el cumplimiento de la promesa que la Santísima Virgen hizo a favor de los que mueren en la Congregación. Dígale que esta misma tarde hice la profesión perpetua en manos del Reverendo Padre Secundino Ortega.
Ofrezco gustoso mi sangre por el reinado del Sagrado Corazón de Jesús en España, y de una manera muy especial por el reinado del Corazón de María en todo el mundo, y no descansaré en el cielo hasta haber conseguido este reinado del Corazón virginal en todas las naciones de la tierra. Para conseguirlo me había propuesto escribir un libro con dicho fin, pero no había logrado hacer todavía más que el plan.

Novich, Amorós, Bandrés y Masip

Ya que no podemos ejercer el sagrado ministerio en la tierra, haremos como Santa Teresita del Niño Jesús: pasaremos nuestro cielo haciendo bien en la tierra; bajaremos muchas veces a la tierra.
Ramon Novich, José Amorós, Javier Luis Bandrés y Miguel Masip

Ofrenda a la Congregación

Agosto, 12 de 1936.
En Barbastro.
Seis de nuestros compañeros son ya Mártires, muy pronto esperamos serlo nosotros también, pero antes queremos hacer constar que morimos perdonandoa los que nos quitan la vida y ofreciéndola por la ordenación cristiana del mundo obrero, por el reinado definitivo de la Iglesia Católica, por nuestra querido Congregación y por nuestras queridas familia. ¡La última ofrenda última a la Congregación de sus hijos mártires! (Y siguen las 40 firmas, que fueron mártires los dias 13 y 15)

Rafael Briega

Alégrate, Congregación querida, porque 58 hijos tuyos entran hoy en la Congregación celestial, blancos como lirios y ardiendo en amor de Dios y del Corazón inmaculado de María.