viernes, 6 de abril de 2007

Margarita Fargas

Debo referir aquí lo que me ocurrió aquella misma noche (del martirio del P. Jaime Girón). Rezando el Rosario por ellos (Girón y Sitges) percibí claramente el ruido de un viento impetuoso, se iluminó repentinamente la celda a la luz de un cuerpo luminosocuyos contornos no puedo precisar, y atravesó la celda. Al mismo tiempo oí perfectamente una voz que reconocí en seguidop por eltimbre como la del P. Girón, que decía: Yo ya estoy en el cielo. El P. Sitges todavía campa.
Todo fue cosa de un instante. Yo quedé tranquila al pensar que el Padre ya estaba en el cielo, mas con la duda de si habría sido todo una alucinación mía. A las siete de la mañana salía de dudas cuando me dijeron que el Padre Girón había sido fusilado.

Jaime Girón

En la Misa de cada día me preparo y me ofrezco como víctima para los fines que el Padre Celestial sea servido. Cada día rezo por el que me ha de matar. ¡Qué consuelo experimenta el alma con esta conformidad, y bien unida al querer divino!

Enrique Cortadellas Segura

"Qué triste es tener madre en algunas ocasiones de la vida. No lloréis por mí". Palabras del P. Enrique cuando fue arrancado de los brazos de su madre para ser llevado al martirio.

Enrique Cortadellas

Si cien veces naciera, cien veces entraría en la Congregación (de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María), aunque me hubieran de matar.