sábado, 10 de noviembre de 2007

Pasteur


UN SABIHONDO EN EL TREN
Un joven universitario se sentó en el tren frente a un señor de edad, que devotamente pasaba las cuentas del rosario. El muchacho, con la arrogancia de los pocos años y la pedantería de la ignorancia, le dice: "Parece mentira que todavía crea usted en esas antiguallas......
"Así es. ¿Tú no?", le respondió el anciano.
"¡Yo! -dice el estudiante lanzando una estrépitosa carcajada. Créame: tire ese rosario por la ventanilla y aprenda lo que dice la ciencia".
La ciencia? Pregunta el anciano con sorpresa. No lo entiendo así. Tal vez tú podrías explicármelo?"
"Deme su dirección -replica el muchacho, haciéndose el importante y en tono protector-, que le puedo mandar algunos libros que le podrán ilustrar".
El anciano saca de su cartera una tarjeta de visita y se la alarga al estudiante, que lee asombrado: 'Louis Pasteur. Instituto de Investigaciones Científicas de París".
El pobre estudiante se sonrojó v no sabía dónde meterse. Se había ofrecido a instruir en la ciencia al que, descubriendo la vacuna antirrábica, había prestado, precisamente con su ciencia, uno de los mayores servicios a la humanidad.
Pasteur que tanto bien hizo a los hombres no ocultó nunca su fe ni su devoción a la Virgen. Y es que tenía, como sabio, una gran personalidad y se consideraba consciente y responsable de sus convicciones religiosas.

otra iglesia...

Lleva más de 30 años de militancia activa. El claretiano Evaristo Villar las ha visto de todos los colores. Dentro y fuera de la Iglesia. Pero él no se quema y sigue en la lucha. Hace unos años, puso en marcha, junto a otros compañeros de brega eclesial, la plataforma Redes Cristianas, que aglutina a más de 160 colectivos de la Iglesia de base española. Dispuestos a unirse para proclamar ante la sociedad “otra voz de Iglesia, crítica, pero desde dentro”. Denuncia que “los obispos van del brazo del PP” y que “hay que derribar la estructura imperial de la Iglesia”. El día de la entrevista a Evaristo Villar nos desayunábamos con la noticia de que el cardenal Rouco había cerrado el conflicto con la “parroquia roja” de Entrevías, dejando a los curas en ella “con todas las atribuciones” y simplemente cambiando de nombre a la parroquia, para transformarla en Centro Pastoral San Carlos Borromeo. “Lo celebro como una buena noticia. Una señal de que la Iglesia es capaz de equivocarse y de rectificar. Con un final positivo que honra al cardenal, a los curas y a todos los que los hemos apoyado durante todo este tiempo”.
En cambio, Redes Cristianas, no tuvo tanta suerte. La plataforma, que celebra su primera asamblea general este fin de semana (los días 10 y 11) en Madrid, tenía apalabrada el colegio de los agustinos. Pero, a última hora, los religiosos se echaron atrás y les negaron sus dependencias. “Nos pusieron varias disculpas. Una de ellas, que el delegado de religiosos de Madrid, Joaquín Martín Abad, les había dicho que si nos prestaban los locales que se atuviesen a las consecuencias. Y este señor depende, al menos orgánicamente, del cardenal Rouco”. Y Evaristo añade: “Es una pena, porque nos trataron como si fuésemos unos forajidos”.
La Asamblea se celebra en la Facultad de Matemáticas de la Complutense de Madrid. Con el lema “Globalicemos la dignidad del ser humano”. Una dignidad que, según Evaristo, “cada día recibe más ultrajes”. Por eso, en la asamblea, pretenden dar respuesta al desafío de los pobres y al reto ecológico. Porque “estamos empobreciendo a la inmensa mayoría de la humanidad” y “estamos destruyendo nuestra casa común que es la tierra”.
La plataforma camina “a caballo” de las dos dimensiones: social y eclesial. Y espera en su asamblea unas 1.000 personas de 160 colectivos procedentes de todo el Estado. Algo realmente impensable en una época de tan escasa movilización. “Es la primera vez que la Iglesia de base se reúne con intención de coordinarse y elaborar entre todos una programación de actuación conjunta”. El objetivo es “ser otra voz de Iglesia dentro de la Iglesia. Una voz crítica y alternativa, pero desde dentro”.
Otra de las características novedosas de esta plataforma es que se coordina por medio de Internet. Su página web
http://www.redescristianas.net/ está teniendo un enorme éxito. Y desde la Red tratan de ser anunciar y denunciar. “Queremos ser buena noticia y no sólo aves de mal agüero”, dice Evaristo.
Profetas en medio de una Iglesia cada vez más escorada a la derecha. “En España se evidencia algo que se sospechaba: que se está desmoronando el catolicismo de cristiandad. Vamos a una Iglesia de minorías y que no reduce el cristianismo al mero cumplimiento”.
En este marco, “la jerarquía, que tradicionalmente estuvo siempre con los burgueses y con los militares y hoy va del brazo del PP, está provocando una reacción antieclesial muy fuerte”.
Para Evaristo, los obispos de hoy renunciaron a la etapa del cardenal Tarancón, cuando “la Iglesia tenía otro aire”. A su juicio, “hoy, la Iglesia ha vuelto a la segunda involución. Después de la primera de los años 70, estamos de lleno en la segunda”.
Según el teólogo, la Iglesia tendría que apostar por otra forma de ser católicos. “Tenemos que respetar el pluralismo, porque el cristianismo no es uniforme. Por eso nos declaramos disidentes, pero dentro de la Iglesia, y apostando por la unión de las dos Españas”.
En ese sentido, critica la labor de la cadena COPE y de su locutor estrella, Jiménez Losantos. “No se sirve al pueblo, siempre que se tergiversa la verdad y se interpretan los datos de manera tendenciosa. Eso sólo sirve para alimentar el morbo. La COPE, a la que apenas escucho, milita contra la verdad más elemental y está haciendo un flaco servicio a la verdad”.
Tampoco es partidario de que la iglesia realice campañas publicitarias para recaudar más dinero. Porque “lo que tendría que hacer es acabar con la dotación del Estado, sería mucho más libre, no quedaría esclavizada al que le da de comer y no tendría nada que temer. Y, de esta forma, podría denunciar mejor las injusticias del poder”.
Evaristo está totalmente convencido de que “hay dos Iglesias, pero nadie tiene voluntad de hacer una Iglesia paralela a la oficial”. Lo que quieren los militantes como él es “luchar desde dentro para su transformación, para que sea democrática, respete los derechos humanos en su seno y para que nadie ejerza el poder sobre nadie”.
¿Cómo lograrlo? “Hay que cambiar les estructuras eclesiales. Arrastramos todavía el paradigma de la Iglesia imperial de los tiempos de Constantino. Hay que derribar esa estructura desde la transformación de la misma Iglesia”, dice Villar. Y, a su juicio, “hay capital suficiente dentro de la Iglesia actual para conseguir esa transformación”. Eso sí, poco a poco, como ocurrió en tiempos de Juan XXIII.
Una transformación que, según Evaristo Villar, “tiene que empezar desde abajo, porque un Papa con poderes absolutos no va a tirar piedras contra su propio tejado. Son los cristianos los que tienen que tomar conciencia de que son importantes en la Iglesia”.
Y quizás por eso, Evaristo concluye con un canto a la esperanza: “Tenemos que tomar todas estas cosas con sentido del humor, como dice José María Díez Alegría. Y con esperanza”. Dios te oiga, Evaristo