miércoles, 14 de marzo de 2007

Testigo directo

Un joven que estuvo varios días de guardia en el salón de los escolapios de Barbastro recuerda el coraje aquellos jóvenes claretianos allí prisioneros:

Era admirable la actitud serena que todos manifestaban. Aquella paz me impresió mucho, en aquellos momentos en que me sentía moralmente aplastado. Al verlo con aquel coraje me entraba como una bocanada de aliento y una santa emulación. Siempre que podía miraba por la cerradura de la puerta para observarlos, y su ejemplo me confortaba.

Aquellos mártires afianzaron a Andrés Carrera en su vocación sacerdotal.

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