martes, 27 de febrero de 2007

Claret

Yo me digo a mí mismo:
Un Hijo del Inmaculado Corazón de María
es un hombre que arde en caridad
y que abrasa por donde pasa;
que desea eficazmente
y procura
por todos los medios
encender a todo el mundo
en el fuego del divino amor.
Nada la arredra;
se goza en las privaciones;
aborda los trabajos;
abraza los sacrificios;
se complace en las calumnias
y se alegra en los tormentos.
No piensa sino cómo seguirá e imitará
a Jesucristo
en trabajar,
sufrir
y en procurar siempre
y únicamente
la mayor gloria de Dios
y la salvación de las almas.
(San Antonio María Claret)

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